Soy la misma persona, lo que ha cambiado es la persona que me guía, y las herramientas que esa persona ha puesto a mi disposición para que yo las emplee en mi beneficio.
Hace mucho, mucho tiempo que quería escribir sobre esto. Entre medias he escrito otros capítulos según los estados y emociones por los que he ido pasando en estos últimos meses. Por fin, ha llegado el día. Hace más o menos un año que empecé a trabajar con esta terapia. Los resultados que he obtenido y estoy obteniendo son asombrosos. Hay un antes y un después en mi vida. Esto es un éxito de las dos, de mi coach y mío. Creo que el mejor coach del mundo trabajando con una persona que no quiera esforzarse y trabajar en su proceso, fracasará. El mejor coachee del mundo trabajando con un coach que no le sepa guiar, fracasará. Esto es un deporte de equipo.
Es increíble el poder de la palabra, del lenguaje, lo que transmitimos sin darnos cuenta, o mejor dicho, sin prestar atención. Es el dinero mejor invertido de toda mi vida. Bueno ese, y un vestido que me compré para la última Nochevieja que estoy espectacular…(cualquier mujer me entenderá). Es tal el beneficio que estoy obteniendo, que lo valoro por encima de todo lo demás. Eso sí, detrás hay un proceso completo de sanación. Este término llegó a mi vida con el libro “Usted puede sanar su vida”, de Louise L. Hay, que por cierto, me recomendó mi amiga, bastante tiempo antes de que fuera mi coach.
Este libro cambió mi vida, y mi forma de sentir la vida. No me cansaría de dar las gracias a Louise por escribirlo, y a Begoña por recomendármelo. Gracias, gracias, y gracias a estas dos mujeres imponentes. Este término está acuñado por Bego. Me encanta que me lo diga porque entre las dos hemos conseguido sacar esa mujer imponente que llevo dentro desde que nací, y solo ahora, cuarenta y un años después soy consciente de que lo soy; y la he dejado salir para poder disfrutarla.
Ahí es nada. Cuando comento lo maravillada que estoy con el coaching a algunos amigos cercanos piensan que consiste en que alguien te esté diciendo todo el rato que tú puedes, que eres muy bueno en todo lo que te propongas, que eres el mejor, y nada mas lejos de la realidad. Yo acerté a la primera, para mí el trabajo de un coach es captar y filtrar empleando distintas herramientas toda la información que tú das cuando hablas en las sesiones, con el fin descubrir la mejor manera de guiarte en tu proceso de aprendizaje y mejora en cualquier ámbito, ya sea laboral, personal, etc. Detectan lo que tú necesitas para descubrir y alcanzar tus objetivos, para ser feliz, en una palabra. Y también detectan lo que necesitas ir haciendo entre medias para ir avanzando. Son listos, muy listos. ¿Sabes lo que es sentir que leen en ti como un libro abierto?
Yo estuve yendo al psiquiatra hace muchos años, y me ayudó. Fueron tres años de terapia; tenía veinti muchos, casi treinta. Descubrí muchas cosas, y me vino muy bien. Muchas de las cosas que salieron a flote entonces con la psiquiatría (además del trankimazin y otras pastillas), no había sido capaz de digerirlas, atajarlas ni gestionarlas.
Sí, sabía que tenía cositas que resolver, pero ahí me quedé. Hice mis progresos, sí, pero nada que ver con lo que he avanzado en este año con esas mismas cosas. Y soy la misma persona, lo que ha cambiado es la persona que me guía, y las herramientas que esa persona ha puesto a mi disposición para que yo las emplee en mi beneficio.
Hay otra cosa muy importante que también ha cambiado. Mi momento. Entonces, no era mi momento, y ahora es obvio que lo es. ¿Por qué?, ni idea. Ahora que sé, y que siento que las casualidades no existen no le doy vueltas al tema. Simplemente para mí es obvio que necesitaba estos diez años y pasar por una serie de experiencias muy duras y dolorosas que me pusieran al límite físico y emocional como nadie se puede imaginar, hasta que mi cuerpo dijo basta.
Por encima de todo, tiene que ser tu momento. Tienes que querer, tienes que sentirlo, tiene que existir un compromiso contigo mismo, necesitas confianza ciega en tu coach y en el proceso. Si tienes dudas, por pequeñas que sean, si no mantienes tu mente abierta, si no te implicas al cien por cien no vas a obtener los resultados que deseas.
En ese caso, mejor gástate el dinero en ir de vinos o de copas con amigos, y al menos te echarás unas risas ¿Sabes por qué? porque implica tiempo, dinero, dedicación, esfuerzo, responsabilidad, aceptación, dolor, emociones, ganas de vivir, valentía, sufrimiento, lecturas, vídeos, mucho trabajo interior, muchísimo trabajo interior, diría yo, y por encima de todo ello: deseo, deseo de algo, que sea lo que te mueva a iniciar el proceso y a continuarlo.
En mi caso, deseo de sanar de una enfermedad crónica y degenerativa. Deseo de volver a ser independiente económicamente. Deseo de no sentir dolor. Deseo de no sentir fatiga 24 horas al día. Deseo de gastar mi dinero en viajar, en ropa, en copas, en lugar de gastarlo en médicos y en medicinas. Deseo de sentirme sana. Deseo de volver a caminar por la montaña. Deseo de ir a bailar. Deseo de hacer planes con una cierta garantía de que físicamente vas a estar en condiciones de poderlos realizar.
Si algo he aprendido en mi proceso, son las cosas que necesito para ser feliz: Mis valores. Los tengo escritos con letras de imanes de colores en la nevera. Las escribo aquí en orden alfabético, cada uno tendrá las suyas.
Amor, coherencia, honestidad, paciencia, salud… Añadiría responsabilidad, aunque reconozco que no la tengo en mi nevera (me vinieron estas otras antes a la cabeza y se me acabaron las letras de imanes; qué le vamos a hacer). Como veis practico con el ejemplo, soy honesta y os lo cuento. Os llamo la atención sobre un detalle. No está el dinero, y tampoco hay cosas materiales, ¿verdad?. No es ningún error. Es real. Todo lo real que cada uno lo quiera hacer.
Si puedes soñarlo, puedes hacerlo. Cuando estás cumpliendo un sueño nada te puede parar. Lo sé porque a mí me está pasando. No hay palabras para describirlo.